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Por
último, salió también al caer la tarde y encontró todavía a otros que estaban
en la plaza y les dijo: '¿Por qué han estado aquí todo el día sin trabajar?'
Ellos le respondieron: 'Porque nadie nos ha contratado'. Él les dijo: 'Vayan
también ustedes a mi viña'.
"amigo, ¡acaso no quedamos en que te pagaría un denario!" |
Al atardecer, el dueño de la viña dijo a su administrador: 'Llama a los trabajadores y págales su jornal, comenzando por los últimos hasta que llegues a los primeros'. Se acercaron, pues, los que habían llegado al caer la tarde y recibieron un denario cada uno.
Cuando
les llegó su turno a los primeros, creyeron que recibirían más; pero también
ellos recibieron un denario cada uno. Al recibirlo, comenzaron a reclamarle al
propietario, diciéndole: 'Esos que llegaron al último sólo trabajaron una hora,
y sin embargo, les pagas lo mismo que a nosotros, que soportamos el peso del
día y del calor'.
Pero
él respondió a uno de ellos: 'Amigo, yo no te hago ninguna injusticia. ¿Acaso
no quedamos en que te pagaría un denario? Toma, pues, lo tuyo y vete. Yo quiero
darle al que llegó al último lo mismo que a ti. ¿Qué no puedo hacer con lo mío
lo que yo quiero? ¿O vas a tenerme rencor porque yo soy bueno?'
De
igual manera, los últimos serán los primeros, y los primeros, los últimos''. Palabra
del Señor.
Comentario al Evangelio por Mons. Oscar J.
Vián Morales, SDB:
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