“Dios no envió a su Hijo
para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él”
Lectura del santo Evangelio
según san Juan 3, 16-18:
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Tanto
amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en
él no perezca, sino que tenga la vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo
para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él. El que cree
en él no será condenado; pero el que no cree ya está condenado, por no haber
creído en el Hijo único de Dios". Palabra del Señor.
Comentario al Evangelio
por Mons. Oscar J. Vián Morales, SDB:
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