“¡Qué bien lo hace todo! Hace oír a
los sordos y hablar a los mudos”
Lectura
del santo Evangelio según san Marcos 7, 31-37:
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En
aquel tiempo, salió Jesús de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al
mar de Galilea, atravesando la región de Decápolis. Le llevaron entonces a un
hombre sordo y tartamudo, y le suplicaban que le impusiera las manos. Él lo
apartó a un lado de la gente, le metió los dedos en los oídos y le tocó la
lengua con saliva. Después, mirando al cielo, suspiró y le dijo: “¡Effetá!”. (Que quiere decir “¡Ábrete!”). Al momento se le abrieron
los oídos, se le soltó la traba de la lengua y empezó a hablar sin dificultad.
Él
les mandó que no lo dijeran a nadie; pero cuanto más se lo mandaba, ellos con
más insistencia lo proclamaban; y todos estaban asombrados y decían: “¡Qué bien lo hace todo! Hace oír a los
sordos y hablar a los mudos”.Palabra del Señor.
Comentario
al Evangelio por Mons. Oscar J. Vian Morales, SDB, Arzobispo de Santiago de
Guatemala:
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