Lectura del santo
Evangelio según san Juan 3, 14-21:
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Porque
tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que
crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su
Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él. El que
cree en él no será condenado; pero el que no cree ya está condenado, por no
haber creído en el Hijo único de Dios.
La causa de la condenación es
ésta: habiendo venido la luz al mundo, los hombres prefirieron las tinieblas a
la luz, porque sus obras eran malas. Todo aquel que hace el mal, aborrece la
luz y no se acerca a ella, para que sus obras no se descubran. En cambio, el
que obra el bien conforme a la verdad, se acerca a la luz, para que se vea que
sus obras están hechas según Dios”.
Palabra del Señor.
Comentario
al Evangelio por el Mons. Oscar J. Vian Morales:
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