lunes, 26 de marzo de 2012

Peregrinos en Tierra Santa


La Topografía de la Pasión

Luis Sánchez A.


Mapa de Jerusalén en tiempos de Jesús
Durante la Semana Santa, o Semana Mayor, uno de los temas que sin duda lo llevan a meditar en el Misterio Pascual, es el conocimiento de la ubicación y descripción de los lugares que recorrió Jesús al final de su vida durante su Pasión, Muerte y Resurrección.

Actualmente para identificar los santos lugares que se mencionan en el relato de los cuatro evangelios, se toman en cuenta los informes que nos proporciona Flavio Josefo, los datos de la tradición cristiana, así como su confrontación con los resultados de las excavaciones y sondeos arqueológicos que se han realizado en los lugares respectivos.

Aquí exponemos un sumario breve de estos lugares.


El Cenáculo

La tradición conserva el recuerdo del Cenáculo en el actual monte Sión. La sala con bóvedas ojivales del siglo XIV, situada encima de la sinagoga en donde se venera la falsa tumba de David, surge a su vez sobre los restos de una iglesia sinagoga del siglo III, que debe identificarse con la «pequeña iglesia de Santiago», de la que habla san Epifanio Aquí se han encontrado algunos graffiti en los que se invoca a Jesús, «Señor de David».

Lugar del Cenáculo


El Huerto de Getsemaní

La roca de la agonia en Getsemaní (lugar donde oró)
Desde el cenáculo Jesús desciende hacia el torrente Cedrón para refugiarse en la finca-huerto llamada de Getsemaní, «molino de aceite». Varios sondeos efectuados en dicho lugar han puesto de manifiesto la cueva transformada en capilla en el siglo IV. Un «molino de aceite» excavado en la roca y restos de una cisterna. La actual basílica de la agonía se levanta sobre una anterior del siglo VI, que incluía la roca venerada ya desde el siglo IV.

La casa de Anás y El Palacio de Caifás

Después de su arresto, Jesús fue conducido en primer lugar a la residencia de Anás (Jn) y luego al palacio del sumo sacerdote Caifás. La localización de este palacio tiene que buscarse en la parte alta de la ciudad vieja, en el cementerio del patriarcado armeno, entre la iglesia de la Dormición y la puerta de Sión.


El Pretorio

El «pretorio» es la residencia oficial del gobernador, que funciona también como tribunal mediante la instalación del bêmà, la tarima semicircular en cuyo centro se coloca la silla curul. El evangelio de Juan dice que el lugar en que se colocó este tribunal era llamado lithostrotos, «enlosado», en hebreo gabbathá, «lugar elevado» (Jn. 19, 13).

Recosnstrucción del Pretorio al noroeste de Templo

La determinación del «pretorio» de Pilato depende de su residencia en Jerusalén con ocasión de las fiestas. Según los testimonios de Flavio Josefo y de Filón, el gobernador romano residía en el palacio-fortaleza que había hecho construir Herodes el Grande en la colina occidental de la ciudad, en una posición estratégica.


La tradición coloca la residencia de Pilato en Jerusalén en la fortaleza Antonia, en el lado nor-oeste del templo. A partir del siglo XIII los peregrinos, partiendo de la torre Antonia, siguen el recorrido de la actual vía dolorosa hasta el Santo Sepulcro.


La Basílica del Santo Sepulcro

La localización del calvario y del sepulcro de Jesús tiene en cuenta los datos evangélicos y las tradiciones.
 
El Calvario

Según los evangelios Jesús fue conducido «fuera» para ser crucificado en un lugar llamado en hebreo Gólgotha, traducido como «lugar de la calavera». La carta a los Hebreos recoge el eco de esta tradición: «Jesús padeció fuera de la puerta de la ciudad» (Heb. 13, 12).

 
Altar del Calvario: lugar donde fue crucificado

A unos 70 metros del calvario, en el convento ruso, se ha encontrado un ángulo de la torre herodiana del muro de circunvalación y el dintel de una puerta, que debe identificarse con la llamada de «Efraín». El emperador Adriano en el siglo II, para borrar la memoria del sepulcro de Jesús que veneraban los judeo-cristianos, hizo levantar un terraplén y encima ordenó la edificación de templos dedicados a las divinidades capitolinas. En el siglo IV (327-328) el arquitecto Zenobio, por orden del emperador Constantino, emprendió la construcción de la Anastasis, una especie de mausoleo sobre la tumba de Jesús, y una basílica de cinco naves llamada Martyrion, precedida por un atrio.
 
Los sondeos hechos recientemente para verificar la estabilidad de los edificios del Santo Sepulcro han puesto de manifiesto la configuración original del calvario y del lugar en que fue sepultado Jesús. El calvario se levantaba sobre un bloque de piedra aislado en la cima de la colina del Gareb, en una antigua cantera fuera de la ciudad de Jerusalén. La cantera se había cubierto de nuevo dejando sobresalir en ella un macizo de piedra desnuda y pelada como un «cráneo», de una altura de casi 4 metros. En las cercanías del calvario se encontraron tumbas del siglo I, excavadas en la roca. Es una nueva confirmación de que aquel lugar se encontraba fuera de los muros de la ciudad.
 
El Santo Sepulcro

La tumba de Jesús se había excavado en la pared de una roca de la antigua cantera, a occidente respecto al Gólgota. En dicho terreno había un «huerto» que, junto con la tumba, formaba parte de las propiedades de José de Arimatea. De las indicaciones de los evangelios se deduce que el sepulcro puesto a disposición por José estaba constituido por dos salas intercomunicantes por medio de una puerta pequeña y baja; en la segunda, sobre un banco de piedra bajo arcosolio, fue puesto el cadáver; en la colina se abría un pasadizo que daba acceso al sepulcro, cerrado con una losa grande que se podía correr gracias a una ranura expresamente hecha en la roca.

Santo sepulcro: lugar donde reposo el cuerpo de Jesús

Conclusiónes:

El recuerdo concreto de los lugares en los que Jesús vivió su drama final la reconstrucción cronológica de esos acontecimientos no solamente interesan a la piedad y a la devoción de los peregrinos que desde los primeros siglos fueron a visitar los santuarios de Jerusalén. La vida de Jesús, que culminó en su muerte en la cruz, está inmersa en la historia humana, es decir, en un tiempo y en un lugar concretos. La reconstrucción fiel y segura —en la medida de lo posible— de estas coordenadas históricas tiene también su importancia para captar el significado de una experiencia religiosa que se califica como manifestación de Dios dentro de la historia humana.

 

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