“También ustedes estén preparados, porque a
la hora que menos lo piensen, vendrá el Hijo del hombre”
Lectura
del santo Evangelio según san Mateo 24, 37-44:
+
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Así como sucedió en tiempos de Noé,
así también sucederá cuando venga el Hijo del hombre. Antes del diluvio, la
gente comía, bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca. Y
cuando menos lo esperaban, sobrevino el diluvio y se llevó a todos. Lo mismo
sucederá cuando venga el Hijo del hombre. Entonces, de dos hombres que estén en
el campo, uno será llevado y el otro será dejado; de dos mujeres que estén
juntas moliendo trigo, una será tomada y la otra dejada.
"así como sucedió en tiempos de Noé.."
Velen,
pues, y estén preparados, porque no saben qué día va a venir su Señor. Tengan
por cierto que si un padre de familia supiera a qué hora va a venir el ladrón,
estaría vigilando y no dejaría que se le metiera por un boquete en su casa. También
ustedes estén preparados, porque a la hora que menos lo piensen, vendrá el Hijo
del hombre”. Palabra del Señor.
Comentario
al Evangelio por Mons. Cristóbal Ascencio:
“Había, en efecto, sobre la cruz, un letrero
en griego, latín y hebreo, que decía: "Éste es el rey de los judíos"
Lectura
del santo Evangelio según san Lucas 23, 35-43:
+
Cuando
Jesús estaba ya crucificado, las autoridades le hacían muecas, diciendo:
"A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios,
el elegido".
También
los soldados se burlaban de Jesús, y acercándose a él, le ofrecían vinagre y le
decían: "Si tú eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo". Había,
en efecto, sobre la cruz, un letrero en griego, latín y hebreo, que decía:
"Éste es el rey de los judíos".
"éste es el Rey de los Judíos"
Uno
de los malhechores crucificados insultaba a Jesús, diciéndole: "Si tú eres
el Mesías, sálvate a ti mismo y a nosotros". Pero el otro le reclamaba,
indignado: "¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo suplicio?
Nosotros justamente recibimos el pago de lo que hicimos. Pero éste ningún mal
ha hecho". Y le decía a Jesús: "Señor, cuando llegues a tu Reino,
acuérdate de mí". Jesús le respondió: "Yo te aseguro que hoy estarás
conmigo en el paraíso". Palabra del Señor.
Comentario
al Evangelio por Fr. Rufino M. Grández Lecumberri, OFM:
“los perseguirán a ustedes y los apresarán;
los llevarán a los tribunales y a la cárcel, y los harán
comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Con esto darán testimonio
de mí”
Lectura
del Santo Evangelio según san Lucas 21, 5-19:
+
En
aquel tiempo, como algunos ponderaban la solidez de la construcción del templo
y la belleza de las ofrendas votivas que lo adornaban, Jesús dijo: "Días
vendrán en que no quedará piedra sobre piedra de todo esto que están admirando;
todo será destruido".
Entonces
le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo va a ocurrir esto y cuál será la señal
de que ya está a punto de suceder?" Él les respondió: "Cuídense de
que nadie los engañe, porque muchos vendrán usurpando mi nombre y dirán: 'Yo
soy el Mesías. El tiempo ha llegado'. Pero no les hagan caso. Cuando oigan
hablar de guerras y revoluciones, que no los domine el pánico, porque eso tiene
que acontecer, pero todavía no es el fin".
Luego
les dijo: "Se levantará una nación contra otra y un reino contra otro. En
diferentes lugares habrá grandes terremotos, epidemias y hambre, y aparecerán
en el cielo señales prodigiosas y terribles.
"habrá grandes terremotos, epidemias y hambre…"
Pero
antes de todo esto los perseguirán a ustedes y los apresarán; los llevarán a
los tribunales y a la cárcel, y los harán comparecer ante reyes y gobernadores,
por causa mía. Con esto darán testimonio de mí.
Grábense
bien que no tienen que preparar de antemano su defensa, porque yo les daré
palabras sabias, a las que no podrá resistir ni contradecir ningún adversario
de ustedes.
Los
traicionarán hasta sus propios padres, hermanos, parientes y amigos. Matarán a
algunos de ustedes y todos los odiarán por causa mía. Sin embargo, no caerá
ningún cabello de la cabeza de ustedes. Si se mantienen firmes, conseguirán la
vida". Palabra del Señor.
Comentario
al Evangelio por Mons. Cristóbal Ascencio:
“Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos
viven"
Lectura del Santo
Evangelio según san Lucas 20,
27-38:
+
En
aquel tiempo, se acercaron a Jesús algunos saduceos. Como los saduceos niegan
la resurrección de los muertos, le preguntaron: "Maestro, Moisés nos dejó
escrito que si alguno tiene un hermano casado que muere sin haber tenido hijos,
se case con la viuda para dar descendencia a su hermano. Hubo una vez siete
hermanos, el mayor de los cuales se casó y murió sin dejar hijos. El segundo,
el tercero y los demás, hasta el séptimo, tomaron por esposa a la viuda y todos
murieron sin dejar sucesión. Por fin murió también la viuda. Ahora bien, cuando
llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será esposa la mujer, pues los siete
estuvieron casados con ella?"
"Dios no es Dios de muertos, sino de vivos"
Jesús
les dijo: "En esta vida, hombres y mujeres se casan, pero en la vida
futura, los que sean juzgados dignos de ella y de la resurrección de los
muertos, no se casarán ni podrán ya morir, porque serán como los ángeles e
hijos de Dios, pues él los habrá resucitado.
Y
que los muertos resucitan, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la
zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob.
Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos
viven". Palabra del Señor.
Comentario al
Evangelio por Fr. Rufino M. Grández Lecumberri, OFM:
“Hoy ha llegado la salvación a esta casa,
porque también él es hijo de Abraham, y el Hijo del hombre ha venido a buscar y
a salvar lo que se había perdido"
Lectura
del santo Evangelio según san Lucas 19, 1-10:
+
En
aquel tiempo, Jesús entró en Jericó, y al ir atravesando la ciudad, sucedió que
un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de conocer a
Jesús; pero la gente se lo impedía, porque Zaqueo era de baja estatura.
Entonces corrió y se subió a un árbol para verlo cuando pasara por ahí. Al
llegar a ese lugar, Jesús levantó los ojos y le dijo: "Zaqueo, bájate
pronto, porque hoy tengo que hospedarme en tu casa".
Él
bajó enseguida y lo recibió muy contento. Al ver esto, comenzaron todos a
murmurar diciendo: "Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador".
Zaqueo,
poniéndose de pie, dijo a Jesús: "Mira, Señor, voy a dar a los pobres la
mitad de mis bienes, y si he defraudado a alguien, le restituiré cuatro veces
más". Jesús le dijo: "Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque
también él es hijo de Abraham, y el Hijo del hombre ha venido a buscar y a
salvar lo que se había perdido". Palabra del señor.
Comentario
al Evangelio por Mons. Cristóbal Ascencio: