“Porque el que se
engrandece a sí mismo, será humillado; y el que se humilla, será
engrandecido"
Lectura del santo
Evangelio según san Lucas 14, 1, 7-14:
+
Un sábado, Jesús fue a comer en casa de uno de los
jefes de los fariseos, y éstos estaban espiándolo. Mirando cómo los convidados
escogían los primeros lugares, les dijo esta parábola:
"el que se engrandece a sí mismo, será humillado, y el que se humilla, será engrandecido"
"Cuando te inviten a un banquete de bodas, no te
sientes en el lugar principal, no sea que haya algún otro invitado más
importante que tú, y el que los invitó a los dos venga a decirte: 'Déjale el
lugar a éste', y tengas que ir a ocupar, lleno de vergüenza, el último asiento.
Por el contrario, cuando te inviten, ocupa el último lugar, para que, cuando
venga el que te invitó, te diga: 'Amigo, acércate a la cabecera'. Entonces te
verás honrado en presencia de todos los convidados. Porque el que se engrandece
a sí mismo, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido".
Luego dijo al que lo había invitado: "Cuando des
una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus
parientes, ni a los vecinos ricos; porque puede ser que ellos te inviten a su
vez, y con eso quedarías recompensado. Al contrario, cuando des un banquete,
invita a los pobres, a los lisiados, a los cojos y a los ciegos; y así serás
dichoso, porque ellos no tienen con qué pagarte; pero ya se te pagará, cuando
resuciten los justos". Palabra del Señor.
Comentario al
Evangelio por Mons. Oscar J. Vian Morales, SDB:
"Esfuércense en entrar por la puerta,
que es angosta, pues yo les aseguro que muchos tratarán de entrar y no podrán”
Lectura del santo Evangelio según san
Lucas 13, 22-30:
+
En
aquel tiempo, Jesús iba enseñando por ciudades y pueblos, mientras se
encaminaba a Jerusalén. Alguien le preguntó: "Señor, ¿es verdad que son
pocos los que se salvan?"
Jesús
le respondió: "Esfuércense en entrar por la puerta, que es angosta, pues
yo les aseguro que muchos tratarán de entrar y no podrán. Cuando el dueño de la
casa se levante de la mesa y cierre la puerta, ustedes se quedarán afuera y se
pondrán a tocar la puerta, diciendo: '¡Señor, ábrenos!' Pero él les responderá:
'No sé quiénes son ustedes'.
"¡Señor, ábrenos!, pero él les responderá: no sé quiénes son ustedes"
Entonces
le dirán con insistencia: 'Hemos comido y bebido contigo y tú has enseñado en
nuestras plazas'. Pero él replicará: 'Yo les aseguro que no sé quiénes son ustedes.
Apártense de mí todos ustedes los que hacen el mal'. Entonces llorarán ustedes
y se desesperarán, cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los
profetas en el Reino de Dios, y ustedes se vean echados fuera.
Vendrán
muchos del oriente y del poniente, del norte y del sur, y participarán en el
banquete del Reino de Dios. Pues los que ahora son los últimos, serán los
primeros; y los que ahora son los primeros, serán los últimos". Palabra
del Señor.
Comentario al Evangelio por el Dic. Carlos
E. Aguilar F.:
"He venido a traer fuego a la tierra, ¡y cuánto desearía que ya
estuviera ardiendo!”
Lectura del santo Evangelio según san
Lucas 12, 49-53:
+
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "He venido a traer fuego a la
tierra, ¡y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo! Tengo que recibir un
bautismo, ¡y cómo me angustio mientras llega!
"he venido a traer fuego a la tierra, ¡y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo"
¿Piensan
acaso que he venido a traer paz a la tierra? De ningún modo. No he venido a
traer la paz, sino la división. De aquí en adelante, de cinco que haya en una
familia, estarán divididos tres contra dos y dos contra tres. Estará dividido
el padre contra el hijo, el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la
hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la
suegra". Palabra del Señor.
Comentario al Evangelio por Fray Rufino M.
Grández L.:
Al que mucho se le da, se le exigirá mucho,
y al que mucho se le confía, se le exigirá mucho más"
Lectura del santo Evangelio según san
Lucas 12, 32-48:
+
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No temas, rebañito mío, porque
tu Padre ha tenido a bien darte el Reino. Vendan sus bienes y den limosnas.
Consíganse unas bolsas que no se destruyan y acumulen en el cielo un tesoro que
no se acaba, allá donde no llega el ladrón, ni carcome la polilla. Porque donde
está su tesoro, ahí estará su corazón.
Estén
listos, con la túnica puesta y las lámparas encendidas. Sean semejantes a los
criados que están esperando a que su señor regrese de la boda, para abrirle en
cuanto llegue y toque. Dichosos aquellos a quienes su señor, al llegar,
encuentre en vela. Yo les aseguro que se recogerá la túnica, los hará sentar a
la mesa y él mismo les servirá. Y si llega a medianoche o a la madrugada y los
encuentra en vela, dichosos ellos.
"si llega a medianoche y los encuentra en vela,. dichosos ellos"
Fíjense
en esto: Si un padre de familia supiera a qué hora va a venir el ladrón,
estaría vigilando y no dejaría que se le metiera por un boquete en su casa.
Pues también ustedes estén preparados, porque a la hora en que menos lo piensen
vendrá el Hijo del hombre".
Entonces
Pedro le preguntó a Jesús: "¿Dices esta parábola sólo por nosotros o por
todos?" El Señor le respondió: "Supongan que un administrador, puesto
por su amo al frente de la servidumbre, con el encargo de repartirles a su tiempo
los alimentos, se porta con fidelidad y prudencia. Dichoso este siervo, si el
amo, a su llegada, lo encuentra cumpliendo con su deber. Yo les aseguro que lo
pondrá al frente de todo lo que tiene. Pero si este siervo piensa: 'Mi amo
tardará en llegar' y empieza a maltratar a los criados y a las criadas, a
comer, a beber y a embriagarse, el día menos pensado y a la hora más
inesperada, llegará su amo y lo castigará severamente y le hará correr la misma
suerte que a los hombres desleales.
El
servidor que, conociendo la voluntad de su amo, no haya preparado ni hecho lo
que debía, recibirá muchos azotes; pero el que, sin conocerla, haya hecho algo
digno de castigo, recibirá pocos.
Al
que mucho se le da, se le exigirá mucho, y al que mucho se le confía, se le
exigirá mucho más". Palabra del Señor.
Comentario al Evangelio por Mons. Oscar J.
Vián M., SDB: