“Dichosos serán ustedes cuando los
injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía. Alégrense
y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos”
Lectura del santo
Evangelio según san Mateo 5, 1-12:
+
En
aquel tiempo, cuando Jesús vio a la muchedumbre, subió al monte y se sentó.
Entonces se le acercaron sus discípulos. Enseguida comenzó a enseñarles, y les
dijo:
"Dichosos los limpios de corazón, porque verán a Dios"
“Dichosos
los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos los
que lloran, porque serán consolados. Dichosos los sufridos, porqueheredarán la
tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán
saciados. Dichosos los misericordiosos, porque
obtendrán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque verán a Dios.
Dichosos los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de
Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el Reino de los cielos.
Dichosos
serán ustedes cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes
por causa mía. Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en
los cielos”. Palabra del Señor.
Comentario al Evangelio por el Pbro. Diac. Eduardo
Sánchez:
“¿Qué quieres que haga
por ti?”. El ciego le contestó: “Maestro, que pueda ver”. Jesús le dijo: “Vete; tu fe te ha salvado” Lectura del Santo Evangelio según san Marcos 10,
46-52:
+
En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó en compañía de sus
discípulos y de mucha gente, un ciego, llamado Bartimeo, se hallaba sentado al
borde del camino pidiendo limosna. Al oír que el que pasaba era Jesús Nazareno,
comenzó a gritar: “¡Jesús, hijo de David,
ten compasión de mí!”. Muchos lo reprendían para que se callara, pero él
seguía gritando todavía más fuerte: “¡Hijo
de David, ten compasión de mí!”.
Jesús le dijo: "vete; tu fe te ha salvado"
Jesús se detuvo entonces y dijo: “Llámenlo”. Y llamaron al ciego, diciéndole: “¡Animo! Levántate, porque él te llama”. El ciego tiró su manto; de
un salto se puso en pie y se acercó a Jesús. Entonces le dijo Jesús: “¿Qué quieres que haga por ti?”. El
ciego le contestó: “Maestro, que pueda
ver”. Jesús le dijo: “Vete; tu fe te
ha salvado”. Al momento recobró la vista y comenzó a seguirlo por el
camino. Palabra del Señor.
Comentario al Evangelio por el Diac. Eugenio Rodríguez
E.
“el Hijo del hombre, no ha venido a que lo sirvan, sino a
servir y a dar su vida por la redención de todos”
Lectura del santo
Evangelio según san Marcos 10, 35-45:
+
En
aquel tiempo, se acercaron a Jesús Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le
dijeron: “Maestro, queremos que nos
concedas que vamos a pedirte”. Él les dijo: “¿Qué es lo que desean?”. Le respondieron: “Concede que nos sentemos uno a tu derecha y otro a tu izquierda,
cuando estés en tu gloria”. Jesús les replicó: “No saben lo que piden. ¿Podrán pasar la prueba que yo voy a pasar y
recibir el bautismo con que seré bautizado?”. Le respondieron: “Sí podemos”. Y Jesús les dijo:
"el hijo del hombre no ha venido a que lo sirvan sino a servir"
“Ciertamente pasarán la prueba que yo voy
a pasar y recibirán el bautismo con que yo seré bautizado; pero eso de sentarse
a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; eso es para quienes
está reservado”.
Cuando los otros diez apóstoles oyeron esto, se indignaron contra
Santiago y Juan. Jesús reunió entonces a los Doce y les dijo: “Ya saben que los jefes de las naciones las
gobiernan como si fueran sus dueños y los poderosos las oprimen. Pero no debe
ser así entre ustedes. Al contrario: el que quiera ser grande entre ustedes,
que sea su servidor, y el que quiera ser el primero, que sea el esclavo de
todos, así como el Hijo del hombre, que no ha venido a que lo sirvan, sino a
servir y a dar su vida por la redención de todos”.Palabra del Señor.
Comentario al Evangelio por Mons. Oscar J. Vian
Morales, SDB:
“Es imposible para los hombres, mas
no para Dios. Para Dios todo es posible”
Lectura
del santo Evangelio según san Marcos 10, 17-30:
+
En aquel tiempo, cuando salía
Jesús al camino, se le acercó corriendo un hombre, se arrodilló ante él y le
preguntó: “Maestro bueno, ¿qué debo hacer
para alcanzar la vida eterna?”. Jesús le contestó: “¿Por qué me llamas
bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios. Ya sabes los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso
testimonio, no cometerás fraudes, honrarás a tu padre y a tu madre.
Entonces él le contestó: “Maestro, todo eso lo he cumplido desde muy
joven”. Jesús lo miró con amor y le dijo: “Sólo una cosa te falta: Ve y vende lo que tienes, da el dinero a los
pobres y así tendrás un tesoro en los cielos. Después, ven y sígueme”. Pero
al oír estas palabras, el hombre se entristeció y se fue apesadumbrado, porque
tenía muchos bienes.
"maestro bueno, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida terna?"
Jesús, mirando a su alrededor,
dijo entonces a sus discípulos: “¡Qué
difícil les va a ser a los ricos entrar en el Reino de Dios!”. Los
discípulos quedaron sorprendidos ante estas palabras; pero Jesús insistió: “Hijitos, ¡qué difícil es para los que
confían en las riquezas, entrar en el Reino de Dios! Más fácil le es a un
camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el Reino de
Dios”.
Ellos se asombraron todavía más y
comentaban entre sí: “Entonces, ¿quién
puede salvarse?”. Jesús, mirándolos fijamente, les dijo: “Es imposible para los hombres, mas no para
Dios. Para Dios todo es posible”.
Entonces Pedro le dijo a Jesús: “Señor, ya ves que nosotros lo hemos dejado
todo para seguirte”.
Jesús le respondió: “Yo les aseguro: Nadie que haya dejado casa,
o hermanos o hermanas, o padre o madre, o hijos o tierras, por mí y por el
Evangelio, dejará de recibir, en esta vida, el ciento por uno en casas,
hermanos, hermanas, madres, hijos y tierras, junto con persecuciones, y en el
otro mundo, la vida eterna”.Palabra del Señor.
Comentario
al Evangelio por Mons. Oscar J. Vian Morales, SDB:
“Por eso, lo que Dios unió, que no
lo separe el hombre”
Lectura
del santo Evangelio según san Marcos 10, 2-16:
+
En aquel tiempo, se acercaron a
Jesús unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba: “¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su
esposa?”.
Él les respondió: “¿Qué les prescribió Moisés?”. Ellos
contestaron: “Moisés nos permitió el
divorcio mediante la entrega de un acta de divorcio a la esposa”. Jesús les
dijo: “Moisés prescribió esto, debido a la dureza del corazón de ustedes. Pero
desde el principio, al crearlos, Dios los hizo hombre y
mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su esposa
y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino
una sola carne. Por eso, lo que Dios unió, que no lo separe el hombre”.
"lo que Dos unió, no lo separe el hombre"
Ya en casa, los discípulos le
volvieron a preguntar sobre el asunto. Jesús les dijo: “Si uno se divorcia de su esposa y se casa con otra, comete adulterio
contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro,
comete adulterio”.
Después de esto, la gente le llevó
a Jesús unos niños para que los tocara, pero los discípulos trataban de
impedirlo.
Al ver aquello, Jesús se disgustó
y les dijo: “Dejen que los niños se
acerquen a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios es de los que son
como ellos. Les aseguro que el que no reciba el Reino de Dios como un niño, no
entrará en él”.
Después tomó en brazos a los niños
y los bendijo imponiéndoles las manos. Palabra del Señor.
Comentario
al Evangelio por Mons. Víctor Hugo Palma: