“Yo soy el buen pastor, porque
conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí”
Lectura
del santo Evangelio según san Juan 10, 11-18:
+
En aquel tiempo, Jesús dijo a los
fariseos: “Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por sus ovejas. En
cambio, el asalariado, el que no es el pastor ni el dueño de las ovejas, cuando
ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; el lobo se arroja sobre ellas y
las dispersa, porque a un asalariado no le importan las ovejas.
"yo doy la vida por mis ovejas"
Yo soy el buen pastor, porque
conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí
y yo conozco al Padre. Yo doy la vida por mis ovejas. Tengo además otras ovejas
que no son de este redil y es necesario que las traiga también a ellas;
escucharán mi voz y habrá un solo rebaño y un solo pastor.
El Padre me ama porque doy mi vida
para volverla a tomar. Nadie me la quita; yo la doy porque quiero. Tengo poder
para darla y lo tengo también para volverla a tomar. Este es el mandato que he
recibido de mi Padre”.Palabra del Señor.
Comentario al Evangelio por el Pbro. J. Asunción Briones
B.:
“Está escrito que el Mesías tenía
que padecer y había de resucitar de entre los muertos al tercer día”
Lectura del santo
Evangelio según san Lucas 24, 35-48:
+
"miren mis manos y mis pies, soy yo"
Cuando
los dos discípulos regresaron de Emaús y llegaron al sitio donde estaban
reunidos los apóstoles, les contaron lo que les había pasado en el camino y
cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan.
Mientras
hablaban de esas cosas, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Ellos,
desconcertados y llenos de temor, creían ver un fantasma. Pero él les dijo: “No teman; soy yo. ¿Por qué se espantan?
¿Por qué surgen dudas en su interior? Miren mis manos y mis pies. Soy yo en
persona. Tóquenme y convénzanse: un fantasma no tiene ni carne ni huesos, como
ven que tengo yo”. Y les mostró las manos y los pies. Pero como ellos no
acababan de creer de pura alegría y seguían atónitos, les dijo: “¿Tienen aquí algo de comer?”. Le
ofrecieron un trozo de pescado asado; él lo tomó y se puso a comer delante de
ellos.
Después
les dijo: “Lo que ha sucedido es
aquello de que les hablaba yo. cuando aún estaba con
ustedes: que tenía que cumplirse todo lo que estaba escrito de mí en la ley de
Moisés, en los profetas y en los salmos”.
Entonces
les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras y les dijo: “Está
escrito que el Mesías tenía que padecer y había de resucitarde
entre los muertos al tercer día, y que en su nombre
se había de predicar a todas las naciones, comenzando
por Jerusalén, la necesidad de volverse a Dios para el perdón de los pecados.
Ustedes son testigos de esto”.Palabra del Señor.
“Tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haber
visto”
Lectura del santo Evangelio según san Juan 20,
19-31:
+
Al
anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas de la casa
donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús en
medio de ellos y les dijo: “La paz esté
con ustedes”. Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Cuando los
discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría.
"dichosos los que creen sin haber visto"
De
nuevo les dijo Jesús: “La paz esté con
ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo”. Después de
decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: “Reciban
el Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados;
y a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar”.
Tomás,
uno de los Doce, a quien llamaban el Gemelo, no estaba con ellos cuando vino
Jesús, y los otros discípulos le decían: “Hemos
visto al Señor”. Pero él les contestó: “Si
no veo en sus manos la señal de los clavos y si no meto mi dedo en los agujeros
de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré”.
Ocho
días después, estaban reunidos los discípulos a puerta cerrada y Tomás estaba
con ellos. Jesús se presentó de nuevo en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Luego le dijo
a Tomás: “Aquí están mis manos, acerca tu
dedo. Trae acá tu mano, métela en mi costado y no sigas dudando, sino cree”.
Tomás le respondió: “¡Señor mío y Dios
mío!”. Jesús añadió: “Tú crees porque
me has visto; dichosos los que creen sin haber visto”.
Otros
muchos signos hizo Jesús en presencia de sus discípulos, pero no están escritos
en este libro. Se escribieron éstos para que ustedes crean que Jesús es el
Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengan vida en su nombre. Palabra del
Señor.
Comentario al Evangelio por el Dic. Salvador
García:
“Entonces entró también el otro
discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vio y creyó”
Lectura
del santo Evangelio según san Juan 20, 1-9:
+
El primer día después del sábado,
estando todavía oscuro, fue María Magdalena al sepulcro y vio removida la
piedra que lo cerraba. Echó a correr, llegó a la casa donde estaban Simón Pedro
y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: “Se han llevado del
sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto”.
"entonces entró al sepulcro y vio y creyó"
Salieron Pedro y el otro discípulo
camino del sepulcro. Los dos iban corriendo juntos, pero el otro discípulo
corrió más aprisa que Pedro y llegó primero al sepulcro, e inclinándose, miró
los lienzos puestos en el suelo, pero no entró.
En eso llegó también Simón Pedro,
que lo venía siguiendo, y entró en el sepulcro. Contempló los lienzos
puestos en el suelo y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús,
puesto no con los lienzos en el suelo, sino doblado en sitio aparte. Entonces
entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y
vio y creyó, porque hasta entonces no habían entendido las Escrituras, según
las cuales Jesús debía resucitar de entre los muertos. Palabra del Señor.
Comentario
al Evangelio por el Pbro. Alfredo Picón: