“¿Por qué buscan entre los muertos
al que está vivo? No está aquí; ha resucitado”
Lectura
del santo Evangelio según san Lucas 23, 44-46. 50. 52-53; 24, 1-6:
Era casi el mediodía, cuando las
tinieblas invadieron toda la región y se oscureció el sol hasta las tres de la
tarde. El velo del templo se rasgó a la mitad. Jesús, clamando con voz potente,
dijo: “¡Padre, en tus manos encomiendo mi
espíritu!”. Y dicho esto, expiró.
Un hombre llamado José, consejero
del sanedrín, hombre bueno y justo, se presentó ante Pilato para pedirle el
cuerpo de Jesús. Lo bajó de la cruz, lo envolvió en una sábana y lo colocó en
un sepulcro excavado en la roca, donde no habían puesto a nadie todavía.
El primer día después del sábado,
muy de mañana, llegaron las mujeres al sepulcro, llevando los perfumes que
habían preparado. Encontraron que la piedra ya había sido retirada del sepulcro
y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.
Estando
ellas todas desconcertadas por esto, se les presentaron dos varones con
vestidos resplandecientes. Como ellas se llenaron de miedo e inclinaron el
rostro a tierra, los varones les dijeron: “¿Por
qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí; ha resucitado”. Palabra del Señor.
Comentario al Evangelio por el Fr. Rufino M. Grández L.: